“exhorta respetuosamente al titular del Poder Ejecutivo Federal para que, en el marco de sus atribuciones, instruya a las Secretarías y Dependencias involucradas en las negociaciones del Acuerdo Comercial Anti Falsificación (ACTA), a no firmar dicho Acuerdo.”
Sin duda, el exhorto hecho por la Comisión Permanente era digno de celebrarse, pues significó una victoria de aquellos que advirtieron y presionaron al Senado de la República respecto del peligro que el Acuerdo Comercial Anti-Falsificación (ACTA) representa para los derechos de todos los mexicanos.
Posteriormente el 6 de Septiembre de 2011 el grupo plural de trabajo para dar seguimiento a las negociaciones de ACTA presentó sus conclusiones al Pleno del Senado, luego de varias rondas de comparecencias, en donde los ciudadanos ganaron con argumentos el debate sobre ACTA. Las conclusiones son contundentes, las disposiciones de ACTA son contrarias a la Constitución. El Pleno del Senado en consecuencia reiteró, POR UNANIMIDAD, el exhorto hecho por la Comisión Permanente y solicitó de nuevo al Ejecutivo, no firmar ACTA.
En este punto, muchos respiraron con alivio. Ya nos salvamos de ACTA, dijeron. El hecho de que el 1 de Octubre de 2011 México no estuviera en la ceremonia de firma del tratado en Japón, parecía confirmar la tranquilidad. La Comisión Europea y 22 países europeos firmaron ACTA el 26 de Enero de 2012. Esto (además de la ola de SOPA) ha reavivado el debate sobre ACTA, sobre todo en los países Europeos. La noticia agarró a los mexicanos más concentrados en la Ley Döring o en la iniciativa del IMPI (con justa razón), noté cierta indiferencia a ACTA, noto cierta confianza en que en México ya la libramos, al menos de ACTA.
Desgraciadamente, esto no es así. ACTA está herido en México, pero no muerto. ¿Por qué?
En México, de acuerdo a los artículos 76 I, 89 X y 133 de la Constitución, el Presidente de la República posee la facultad exclusiva de suscribir tratados internacionales y el Senado de aprobarlos una vez que estos son sometidos al mismo por el Ejecutivo. Tanto el punto de acuerdo de la Comisión Permanente, como la conclusiones aprobadas por el pleno del Senado, exhortan al Ejecutivo a no firmar, un exhorto es una llamada a misa, el Presidente puede hacer caso o no.
¿Tendrá Felipe Calderón la intención de firmar? Hace unos días el jefe negociador de Europa, Pedro Velasco Martins, afirmó que:
“No veo porque no lo firmaría. México es parte de ACTA porque su gobierno decidió participar en las negociaciones”.
Muchos desestimaron el dicho como un engaño, criticaron a Velasco por hablar sin tener información. ¿O será que él tiene más información?
No suena descabellado. El IMPI, quién fungió como negociador de México, a continuado con el procedimiento que establece la Ley de Aprobación de Tratados Internacionales en Materia Económica. El 4 de Octubre de 2011 (después del Punto de Acuerdo y las conclusiones del GT ACTA), la Secretaría de Economía envió al Senado el informe sobre el resultado final de las negociaciones de ACTA. Sin duda, no puede descartarse que Calderón suscriba ACTA en estos meses finales de su sexenio. No tiene nada que perder. En caso de que lo firme, sin duda sería después de las elecciones, para permitir que sea una nueva composición del Senado la encargada de analizar la aprobación de ACTA.
Por otro lado, ACTA, palidece ante otras propuestas, como la Ley Döring (que no parece tener futuro en esta legislatura) y peor aún, el IMPI el 16 de enero de 2012 presentó al Senado un “proyecto de iniciativa” (eso no existe, si el Ejecutivo lo desea, que presente la iniciativa como tal) que sugiere medidas que en ACTA se desecharon en versiones preliminares del texto. También está latente la posibilidad de que México se adhiera al proceso de negociación del Trans-Pacific Partnership Agreement (TPP). El Gobierno de México ya mencionó en dos ocasiones su voluntad de participar, una de ellas hace unos días en donde Calderón personalmente expresó su deseo de ser parte del TPP en Davos. Según los primeros reportes, el TPP pinta para ser “ACTA 2: El imperio contraataca”. Por lo pronto se negocia en secreto, y lo poco que se ha filtrado del texto indica medidas mucho más agresivas que ACTA.
Sin duda no se puede bajar la guardia ante Ley Döring, Iniciativa IMPI y TPP. Pero tampoco respecto de ACTA. El riesgo de que Calderón (o el próximo presidente) lo firme es real, y el riesgo de que el próximo Senado apruebe el tratado también. Sin duda lo alcanzado hasta ahora sirve mucho, las conclusiones del GT ACTA serán un insumo para seguir dando la pelea, pero esto aún no se ha acabado. ¿Que hacer?
Creo que es importantísimo poner el debate sobre Internet, Derechos Humanos y Propiedad Intelectual (Y en concreto ACTA) como tema de campaña, tenemos que presionar a los candidatos a Presidente y a Senadores sobre el tema, tenemos que registrar su postura, y hacerlos rendir cuentas.
Por otro lado es necesario presionar al presidente Felipe Calderón para que no firme, o al menos para que clarifique si va a firmar o no. No nos vayamos a despertar un día de aquí al 1 de Diciembre de 2012 con la sorpresa de que Calderón nos regaló, como último acto de indecencia (como presidente), su firma en ACTA.
No hay que bajar la guardia.
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